Los expertos creen que las tensiones en los precios de la electricidad seguirán.
España, Europa y todo el mundo vive pendiente de la evolución del precio del petróleo, el gas y los derechos de emisión de dióxido de carbono. Su rápido encarecimiento está poniendo en jaque la recuperación de la economía global tras la pandemia.
Las implicaciones de esas subidas de precios tienen todo tipo de ramificaciones: su impacto sobre el coste de la electricidad, sobre el repunte de la inflación, la política monetaria de los bancos centrales, las decisiones de inversión para proteger las carteras o el balance de las industrias ganadoras y perdedoras que deja.
La crisis energética está siendo el gran tema de conversación global, pero está por ver si su impacto es coyuntural o si acaba teniendo repercusiones en los próximos años. Por lo pronto, el invierno se prevé duro.
¿Por qué está subiendo tanto el coste de la luz?
La subida del precio de la electricidad está condicionada por tres factores. El primero, el incremento del coste de los derechos de emisión de CO2, que han triplicado su precio. El endurecimiento de los objetivos climáticos de la Unión Europea está detrás de este encarecimiento. Se quiere acabar más rápido con las energías contaminantes y la consecuencia directa es que los derechos para contaminar son más caros. En segundo lugar, la electricidad se ha disparado por el mayor coste del gas natural, uno de los combustibles fósiles que más se está utilizando para sustituir al carbón, que es más contaminante. Por último, la luz sube por el incremento de la demanda debido a la fuerte reapertura de la economía mundial.
¿Seguirá al alza el precio de las materias primas?
Lamentablemente, la mayoría de expertos cree que la tendencia alcista va a continuar. Por un lado, los países están pujando por garantizarse un suministro de un bien cada vez más escaso. Además, la pandemia frenó algunas prospecciones, y que se rompieran las cadenas de suministros. Mark Dowding, director de inversiones de la gestora BlueBay considera que “los altos costes de transporte y las disrupciones de suministros provocarán que las subidas de precios se mantengan al menos otros seis meses”. En Bank of America, prevén que el brent, ahora en máximos de tres años cerca de 80 dólares, alcance los 100 este invierno.
¿Cómo afectan estas subidas a la economía?
En términos macroeconómicos, el encarecimiento de los precios de la energía y de la electricidad suponen una merma de competitividad. A las empresas les cuesta más producir, por lo que tienen que vender más caros sus productos. Este efecto es mayor cuanta mayor dependencia energética tiene un país. El alza del petróleo y del gas está provocando que los analistas revisen a la baja las previsiones de crecimiento de numerosos países. En un plano microeconómico, la subida de los precios de la energía implica una reducción del poder adquisitivo de las familias, que cada vez tienen que destinar más dinero a pagar las facturas de la electricidad, gas y combustibles.
Fuente: Cinco Días
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