Estos tributos apenas cubren el 2% de la recaudación.
En total, las regiones ingresan unos 2.500 millones de euros.

Las comunidades autónomas españolas componen un variopinto mosaico de impuestos propios, formado por un total de 85 tributos repartidos de forma desigual entre las regiones, que recauda casi 2.500 millones de euros cada ejercicio, según los datos recopilados anualmente por el Consejo General de Economistas (CGE) y el Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF). La conclusión que arrojan las últimas cifras disponibles, relativas al año 2019, muestra por lo tanto que la gran batería de impuestos autonómicos redunda en una recaudación inusualmente nimia, con una media de apenas 30 millones de euros por tributo. Dicho de otro modo, estas figuras suponen únicamente el 2,1% del total de los ingresos tributarios de las comunidades autónomas, unos 114.000 millones.

El debate sobre los impuestos propios ha vuelto a saltar a la palestra después de que la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, anunciase esta semana que la región eliminará los tres tributos propios con los que cuenta, convirtiéndose en la primera autonomía en suprimirlos por completo.

Las comunidades autónomas tienen la capacidad de crear tributos propios, salvo que se solapen con hechos imponibles ya gravados por el Estado o por los tributos locales. Esta potestad, según el recuento llevado a cabo por el CGE y el REAF, han permitido a regiones como Cataluña crear hasta 19 tributos propios que engordan las arcas autonómicas con más de 667 millones cada año. Entre estas figuras se encuentran, por ejemplo, impuestos sobre instalaciones que inciden en el medio ambiente, sobre las emisiones de dióxido de carbono de los vehículos de tracción mecánica, sobre las bebidas azucaradas envasadas o sobre las estancias en establecimientos turísticos.

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Fuente: Cinco Días

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