El IPC vuelve a subir hasta el 4,1% y la tasa subyacente recorta 9 décimas y se fija en el 6,6%.
El Índice de Precios de Consumo (IPC) anual se confirma que ha subido tras el importante descenso registrado en marzo pasado. En concreto, se fijó en el 4,1% interanual en abril, lo que supone ocho décimas más que en marzo, siendo el comportamiento más destacado el descenso de precios de los alimentos hasta el 12,9%, lo que supone un descenso de 3,6 puntos frente al nivel de marzo, la mayor caída de este grupo de la serie histórica en un mes.
Otro dato positivo ha venido de la mano de la tasa subyacente, que excluye a los alimentos no elaborados y los productos energéticos, es decir los que presentan una mayor volatilidad, ya que cayó nueve décimas, hasta el 6,6%, es decir, solo 2,5 puntos por encima del IPC general, lo que supone su menor diferencia desde diciembre y su menor nivel desde noviembre de 2022, según los datos de este viernes publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y que confirman el indicador adelantado.
El comportamiento de ambas tasas obedece, principalmente, a que el descenso de los precios de la electricidad ha sido menor que el registrado en abril de 2022 y al incremento del precio de los carburantes, lo que se ha reflejado en la tasa anual de vivienda y transporte fundamentalmente.
En abril del año pasado fue cuando se reflejaron los mayores efectos de las medidas puestas en marcha desde el Gobierno, entre ellas la rebaja de los 20 céntimos en el precio por litro de los carburantes y que ya no están en funcionamiento.
En términos mensuales, el IPC registró un aumento del 0,6%, dos décimas más que en marzo y ocho por encima del dato de abril de 2022, cuando la inflación bajó un 0,2% mensual.
Los alimentos pisan levemente el freno.
Pero sin duda uno de los datos que destaca de las cifras publicadas por el INE es el comportamiento de los alimentos y bebidas no alcohólicas, cuyos precios aumentan menos este mes que en abril de 2022. En marzo pasado la rúbrica alimentaria se frenó ligeramente, pero registró una tasa interanual del 16,5%, mientras que el dato conocido hoy se reduce hasta el 12,9% interanual.
Pese a este descenso aún se siguen observando precios en los diferentes productos muy elevados, como es el caso del azúcar que sigue liderando las subidas con una tasa del 49,6% interanual, moderándose 2 décimas respecto al nivel de marzo. A continuación se sitúa el 27,6% de la leche, que se mantuvo invariable respecto al mes anterior y solo acumula un incremento de 4 décimas desde enero.
El precio de los cereales y derivados registró un incremento interanual del 18,2% o el 16,1% de la carne de porcino. En definitiva y pese a que en general el precio de los alimentos se ha tomado un respiro, tras los niveles máximos históricos superiores al 16% interanual, la alimentación sigue suponiendo una pesada carga para la cesta de la compra de aquellas familias más vulnerables.
Otro motivo de preocupación que podría aparecer a lo largo de los próximos meses, es como puede afectar la sequía a la producción agraria, que según las asociaciones agrarias se podría traducir en menor cantidad y calidad, lo que podría tensionar nuevamente los precios.
Precisamente desde el ministerio de Asuntos Económicos se atribuye el descenso de la inflación subyacente a la “fuerte ralentización” del precio de los alimentos, que registraron “la mayor caída de la serie histórica” en un mes. En concreto, según el INE, los precios de los alimentos crecieron en abril un 12,9% en tasa interanual, más de 3,5 puntos por debajo de la tasa de marzo.
Fuente: Cinco Días