El 46% aprecia riesgos en la incertidumbre política y el 36% en los cambios regulatorios.
Las previsiones económicas de los analistas y los principales organismos adelantan que este año la economía española se va a estar caracterizada por una desaceleración del PIB, así como una cierta persistencia en las tensiones inflacionista, si bien menos intensas que las que se produjeron durante 2022. El escenario de crisis energética y los tipos de interés al alza por parte del BCE, para contrarrestar la escalada de precios, también afectarán de manera decisiva a la actividad de las empresas españolas, al tiempo que se mantiene de fondo el imprevisible escenario de la guerra de Ucrania.
Todas estas variables determinan un escenario complejo para las compañías, que pese a su cautela realizan un guiño al optimismo, aunque con un sesgo algo peor a las opiniones registradas un año antes.
Según se desprende del informe “Perspectivas España 2023″ realizado por KPMG en colaboración con CEOE, el 70% de los empresarios que han participado en el sondeo esperan que sus ventas se incrementen a lo largo del año. Este porcentaje es siete puntos porcentuales inferior al de 2022. Comportamiento semejante se aprecia en los empresarios respecto a sus previsiones de inversión.
La mitad de ellos espera incrementar sus partidas destinadas a la inversión, en este caso 10 puntos menos que en la anterior edición. Sus prioridades serán en un 67% de los casos la digitalización y las nuevas herramientas tecnológicas, en un 42% la eficiencia energética y en un 37% el impulso de la sostenibilidad.
Tras unos ejercicios, y especialmente el último, marcado por una intensa actividad legislativa a la que se añade un año electoral con comicios locales, autonómicos y generales, las empresas se manifiestan en un 46% que una de las principales amenazas que se vislumbran en los próximos 12 meses llegaría por la incertidumbre política, aunque en un 54% de los casos mencionan la inflación.
Ya en un tercer escalón, con el 33% de las respuestas, se sitúa el debilitamiento de la economía global. El 57% de los directivos califica de regular (frente al 53% en 2022) la situación de la economía española, mientras que el 28% considera que es mala o muy mala, idénticos niveles a los registrados en 2022.
Fuente: Cinco Días