Peligra la integridad del sistema bancario ruso. España, al igual que el resto de Europa, tendrá que afrontar dolorosas alzas de precios.
Las sanciones económicas tienden a tener efectos en el medio plazo. No obstante, en este caso, las que pesan sobre Rusia han tenido también devastadoras repercusiones inmediatas. El rublo se ha desplomado a mínimos históricos, la Bolsa de Moscú permanece cerrada para evitar una sangría total de ventas, peligra la integridad del sistema bancario ruso y se está produciendo una fuga de empresas occidentales. Stéphane Déo, responsable de estrategia de mercados de Ostrum AM, resume la situación con una contundente afirmación: “La comunidad internacional está empujando a Rusia hacia una crisis económica sin precedentes, asumiendo el riesgo en el que incurre para las economías”.
Desde la firma de inversión ahondan en la cuestión de un posible colapso bancario en Rusia. “Pese a los 630.000 millones de dólares de reservas que tiene Rusia, 130.000 son de oro, un material difícil de colocar en el corto plazo. Más de 300.000 millones están depositados en bancos extranjeros, principalmente, la Fed y el BCE. Al haber bloqueado esos activos, Rusia ha perdido una de sus principales herramientas para combatir las sanciones. Esto implica que el banco central ruso no tiene divisas potentes con las que apoyar al rublo. Esto también significa que si los clientes de los bancos privados rusos solicitan retirar sus depósitos denominados en esas divisas, los bancos no tendrán la posibilidad de apoyarse en el banco central y todo el sistema financiero ruso podría irse a la bancarrota”.
Incluso la quiebra del país en sí se ha barajado estos días. El 28 de febrero, los derivados que se emplean para cubrir el riesgo de impago de la deuda soberana rusa (CDS o credit default swaps) a cinco años revelaba una posibilidad de impago de más del 50%. Esta probabilidad se disparó ante la avalancha de compras de estos seguros contra los impagos.
En otra preocupante señal sobre el estado de la economía rusa, el jueves, las agencias de calificación Moody’s y Fitch rebajaron la nota de solvencia de su deuda soberana hasta ‘B3’ y ‘B’, respectivamente, dentro de la categoría especulativa o bono basura. Además, ambas agencias no descartan que la calificación crediticia siga empeorando, ya que decidieron mantener los ratings del país en vigilancia de cara a posibles recortes adicionales.
Como respuesta a esta enorme presión, Moscú ha movido ficha. Además de duplicar los tipos de interés hasta el 20% de la noche a la mañana, encareciendo con ello el coste de endeudarse en el país, se fijó la orden de que las empresas exportadoras deben vender el 80% de sus ingresos en divisas extranjeras para tratar de sostener al rublo.
“Ya se han impuesto controles de capital para evitar las salidas de dinero y yo creo que vamos a ver aún impactos mayores”, comenta Federico Steinberg, investigador del Real Instituto Elcano y profesor de la Universidad Autónoma de Madrid. “Esto generará en algún momento una aceleración importante de la inflación, porque las importaciones se vuelven mucho más caras para Rusia. Y, por otro lado, la única opción que tendrá el banco central será imprimir rublos, porque no puede usar sus reservas plenamente. Aunque hay mucha incertidumbre, cabe pensar que estas sanciones tendrán un fuerte impacto a lo largo del tiempo”, continúa.
Fuente: Cinco Días
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