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En los trabajos más demandados por las empresas importan menos los conocimientos y la experiencia y más las habilidades personales.

Seguramente no recuerda cuántas veces le preguntaron eso de: «¿Qué quieres ser de mayor?». Y, probablemente, tampoco se acuerda de cuántas veces ha preguntado usted lo mismo. De lo que seguro no se ha olvidado es de la respuesta que dio y de las que ahora recibe.

Lo peor, sin embargo, sucede cuando uno no sabe muy bien qué responder porque no tiene muy claro hacia dónde encaminar sus pasos, o cuando uno siente una gran pasión por algo, pero es consciente de que apenas tiene salidas profesionales.

Surge entonces una duda. ¿Qué será mejor para nuestro futuro? ¿Guiarse por la pasión o ser realistas y pensar en aquello que nos puede abrir más puertas?

«A la hora de elegir, no se debe tener en cuenta sólo lo que a uno le gusta, aunque la pasión sea importante, porque te hace esforzarte en momentos de debilidad. También uno tiene que pensar en lo que es bueno y ser un poco práctico; es decir, pensar en qué te va a ofrecer en términos de oportunidades laborales lo que elijas», asegura Valentín Bote, director de Randstad Research.

Para este experto en temas laborales, «a la hora de escoger qué camino seguir, un chico debería barajar estos tres elementos y tomar una decisión equilibrada». Desde Page Personnel, añaden otra clave que, en ocasiones, se pasa por alto. «Cualquier formación tiene que servir para encontrar un buen trabajo, no para trabajar en lo que has estudiado, como piensa mucha gente», sostiene Daniel Pérez, director de esta consultora de selección en Barcelona.

Precisamente, él es un buen ejemplo de lo que afirma. Estudió Ingeniería pero ha terminado trabajando en el campo de la selección de personal y se muestra satisfecho del giro que ha dado su carrera profesional. Además, subraya, que cada vez es menos importante la formación y la experiencia y más la actitud del candidato.

«Las profesiones que más se demandarán en el futuro necesitarán de unas competencias determinadas, como adaptabilidad y flexibilidad, porque el cambio va a ser constante. Por eso, se necesitarán profesionales que se adapten al cambio de manera inmediata», subraya. Las competencias reinan y quien sea capaz de demostrar mejor sus habilidades lo tendrá más fácil en un mercado en constante transformación.

Las empresas buscan cada vez más profesionales creativos, con pensamiento crítico, con ganas de aprender, orientados al servicio al cliente, con gran capacidad de adaptación y de resistencia a la frustración.
Profesionales con capacidad para comunicar y enamorar y con habilidades para trabajar en equipo o liderar grupos. «Porque», añade Pérez, «el trabajo lo terminarán aprendiendo en la compañía».

Aunque es cierto que todo lo que está vinculado con las carreras STEM (Ciencia y Tecnología) abre más las puertas del mercado laboral, las empresas cada vez más demandan perfiles transversales; es decir, especialistas en algo técnico pero con competencias y habilidades que les permitan realizar otras funciones; por ejemplo, vender. Es el caso de los técnicos y los ingenieros comerciales. Profesionales que permiten ahorrar costes a la empresa y mejoran la experiencia del cliente.

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Fuente: El Mundo

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