Se relacionado con el tradicional mensaje marketiniano de ‘no te lo puedes perder’, algo que también promueven las redes sociales desencadenando lo que se conoce como el efecto ‘FOMO’, motivo ya de muchas visitas al psicólogo.
El efecto FOMO’ por sus siglas en inglés (Fear of Missing Out) se entiende como miedo a estar ausente o a perderse algo. Tanto puede ser una experiencia, un evento social, una información o una oportunidad. Esta sensación puede acabar desencadenando miedo al aislamiento, al abandono del grupo, pérdida de autoestima o de infelicidad debido a unas circunstancias personales que te impiden participar en todo.
Fue el emprendedor e inversor Patrick J. McGinnis quien acuñó en el año 2004 el término FOMO para describir la aprehensión que puede padecer un individuo al saber que se está perdiendo una determinada información, eventos o experiencias que podrían mejorar su vida. La consecuencia es el miedo y un continuo consumo de contenidos en redes sociales al objeto de mantenerse al tanto de todo lo que sucede en su círculo.
Con dicha temática, se dedica ahora Patrick J. McGinnis a escribir libros, dar charlas TED por el mundo y a dirigir un exitoso canal de podcast. Pero también las consultas de los psicólogos afrontan este descubrimiento como una nueva psicopatología a tratar, sobre todo entre los más jóvenes. Así lo reconoce al menos Laura Marzo García, psicóloga general sanitaria con consulta en Valencia, quien relaciona dicho trastorno asociado a la ansiedad social con el mal uso de las redes sociales.
¿Cuándo empezar a preocuparse? Los síntomas del FOMO:
“El fenómeno de FOMO actúa de tal forma en la persona, que empiezan a usar excesivamente las plataformas digitales impulsados por el miedo a ser excluido y perderse experiencias. Surge el deseo de mantenerse constantemente conectado y de verificar de forma compulsiva las redes sociales. Siendo esto, lo primero a consultar al despertarse y lo último antes de dormir. De esta forma, el uso de redes abarca las principales actividades cotidianas de la persona dando lugar a una rutina problemática”, explican en un post de Orbium, centro de desintoxicación y tratamiento de adicciones.
En el mismo se recogen algunos síntomas que podrían convertirse en señales de alerta psicológica. Entre estos señalan:
-Importante disminución del bienestar emocional.
-Sensación de inseguridad, evitación, irritación ante actividades de la vida real y más dependencia a las interacciones virtuales.
-Mayor uso del móvil porque hay un incremento en el temor a perderse otras experiencias.
-Ansiedad, sensación de soledad o abandono, sentirse excluido por no haber participado.
-Estrés asociado a experiencias negativas con otros usuarios en redes sociales.
“Cuanto mayor es el uso del móvil mayor es el grado de FOMO; el temor de perderse experiencias retroalimenta su deseo de utilizar el móvil con mayor frecuencia para sentirse conectados y satisfacer necesidades psicológicas insatisfechas. Esto conduce a un uso problemático y abusivo de la tecnología desencadenando la necesidad de un tratamiento de la adicción al móvil”, afirman.
Fuente: Emprendedores