Se trata de conseguir una cantidad de ahorro con la que poder llegar a la edad de jubilación de forma tranquila.
Existen muchas formas de ahorrar mediante conocidos métodos que pueden hacer incrementar el dinero tanto a corto como a largo plazo, la mayoría de ellos muy efectivos si se siguen los pasos correctamente. Sin embargo, son muchas las personas que se preguntan si tienen suficiente cantidad de dinero ahorrada para su edad, pensando en objetivos vitales como el hecho de adquirir un coche o una casa.
Lo cierto es que la edad es solo un factor más de los muchos que hay que tener en cuenta para incrementar la cantidad de ahorro. Por ejemplo, también influyen otras cuestiones personales, como el dinero neto que se cobra con el sueldo, los gastos fijos a los que se enfrenta la persona mes a mes u otros gastos variables o imprevistos que puedan surgir.
Teniendo todo esto en cuenta, sí que se puede hacer una aproximación de lo que debería tener una persona ahorrado según su edad, un cálculo que se hace mediante el conocido como ‘método Greene’, que indica lo que hay que ahorrar y a qué ritmo dependiendo de la edad y del tiempo que falte para la jubilación, asegurándose así una vejez sin sobresaltos.
Esta técnica de ahorro, popularizada por Kimmie Greene, consiste en centrarse en dos factores comunes en todos los trabajadores: el salario bruto anual y la edad de una persona. Para comenzar ahorrar una mayor cantidad de dinero de la que se gasta hay que coger hábito, de forma ideal, entre los 20 y los 25 años de edad, tal y como recoge BBVA.
¿Cuánto tengo que tener ahorrado según mi edad?
En primer lugar, este método indica que hay que gastar como máximo un 75% del salario bruto anual, por lo que se debe ahorrar el 25% restante. Estos porcentajes están pensados para las primeras etapas, entre los 20 y los 25 años, cuando se coge el hábito de ahorrar y se empiezan a controlar los gastos. Por ejemplo, si el sueldo es de 19.000 euros anuales en este momento, habrá que ahorrar, como mínimo, unos 4.750 euros al año. A esta cantidad se pueden sumar otras aportaciones, como los de la familia o los ahorros previos.
Fuente: El Economista